Miguel Ángel nació en Chile, durante sus primeros años estuvo rodeado de mujeres, desvinculándose de todo lo masculino.
Además, su padrastro sostenía malos tratos hacia él, lo que le hizo despreciar la imagen paterna, buscando a su padre en el resto de los hombres.
“Buscaba fuera de mi una masculinidad que creía que no tenía” Miguel Ángel
En su búsqueda de amor y protección comenzó a establecer relaciones con hombres. A los 22 años emigró a España donde comenzó una vida de desenfreno.
Por otro lado, tiempo más tarde conoció a una mujer católica que no expreso ningún tipo de rechazo hacia él.
Así su amiga le invito a visitar varias veces Tierra Santa. Tiempo más tarde Miguel cedió a ir con ella y un grupo de la Universidad Francisco de Vitoria a la peregrinación.
Durante el primer día sintió que Dios le hablaba a través de la lectura del paralitico: “Tus pecados te son perdonados, coge tu camilla y vete”, fue la primera vez que se sintió limpio y perdonado.
“Comprendí que mí inmadurez sexual era el síntoma de que tenía heridas que necesitan ser sanadas”
Cada instante durante la peregrinación fue una afirmación del amor de Dios hacia él.
Después de eso, al regresar a Madrid alejo de su vida todo lo que no le ayudaba (amistades, aplicaciones de citas…).
Finalmente, Miguel se unió a una comunidad de la iglesia católica donde poco a poco ha aprendido a rezar y a mantener una relación cercana a Dios.
“He buscado sentirme amado y me he dado cuenta de que el único amor que llena es el de Dios”
Foto: Dani Garcia
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